8/25/2004

6-Sansho Shima: Los 3 obstaculos

Pasado el tiempo, Ichinén continuó su camino, en la búsqueda de la tierra de Kosen Rufu. Encontró un pueblo, en el cual decidió comer algo y reponer fuerzas. Por el camino al pueblo, que se veía a lo lejos, un anciano le advirtió que se volviera.
-Nuestro pueblo esta tomado por demonios, andate mientras puedas.-
Ichinén agradeció sus palabras, pero continuó su andar.
-Los demonios son demasiado para un hombre, esos tres sirven a uno más poderoso.-Continuó el hombre, gritando.
Aunque Ichinén lo escuchó, siguió su camino, debía pasar por ese pueblo para llegar a Kosen Rufu. En la entrada al pueblo, se encontró con una valla custodiada por dos hombres.
-Debido a la plaga, se prohíbe el paso.-dijo uno de ellos.-Por orden de On-ma, el demonio.-
-Ningún demonio me da órdenes.-respondió severo Ichinén.
-Transgredirla se pena con la muerte, por orden de Shi-ma, el demonio.-
-No le tengo miedo ni a la muerte ni a los demonios.-les respondió el guerrero.
-El miedo nos evita sufrir más, como dijo Bon-no-ma.-comentó uno de los guardianes.
-No es cuestión de sufrir mas o menos, sino dejar de sufrir.-replico Ichinén, muy serio.
-Tenyi-ma, el rey demonio les ordenó a estos tres que nosotros debemos proteger el Go-sho.-explicó el otro.
-Go-sho?-inquirió el guerrero.
-La barrera que aquí ves.-le señaló un guardián.
-Esta barrera los frena a ustedes, pero no a mí.-respondió Ichinén.-Y si se dan cuenta al verme, tampoco será un freno para ustedes.-
Dicho esto, el guerrero saltó por encima de la barrera y caminó al interior del poblado, dejando a los sorprendidos y atemorizados custodios.
-Nuestras familias sufrirán por esto.-exclamó uno de ellos.
-Si eso piensan, entonces ustedes son Go-Sho, no sus custodios.-les respondió Ichinén por sobre el hombro.
Superado ese primer obstáculo, el guerrero llegó a la plaza del pueblo donde varios hombres lo intentaron detener.
-Somos Jo-Sho, por orden de Tenyi-Ma el grande, tenemos que arrestarte por tu desobediencia.-
-Ustedes son solo otro obstáculo, no me importan las leyes que promulgó un demonio.-retrucó el guerrero.
El poblado entero se había congregado, para observar la escena. Ichinén se mantenía tranquilo y relajado, sin perder la calma. La gente de ese pueblo, en cambio, no se encontraba así.
-Maten al rebelde, nos sacaran nuestras posesiones.-gritó uno.
-Que muera sin piedad!-exclamo otro, lleno de ira.
-No se que hizo, pero me parece que se lo merece.-comentó otro, que parecía de pocas luces, sin entender mucho de todo eso.
Ichinén los miró a todos y les hablo en voz muy alta: -Ustedes son el tercer obstáculo que veo en este pueblo, su propio obstáculo. Yo los llamaría Bon-No-Sho. Dominados por su avaricia, su ira y su estupidez. Solo porque están influenciados por estos demonios. Donde están ellos? Que vengan si se atreven!-
La gente se apartó y los demonios aparecieron como si respondieran al desafío del guerrero.

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