6/30/2017

46-To boldly go...

Victoria se armó de coraje, su único refugio en aquel momento. Se concentró en lo que podía hacer, y no en todo lo no podía, que en ese mundo era demasiado. Estando en el puente su doble, capitana de la nave; ella se sentía de más. Desde su silla la Victoria de ese mundo, lanzaba órdenes al timón o al de táctica. Estallidos por todos lados, la alarma la aturdía
-Escudos bajaron un 30 por ciento!-informó un oficial a su espalda.
-Tácticas, dispare a discreción!-vociferó la capitana por encima del ruido de una descarga.
Un panel del puente explotó y un tripulante fue despedido hacia atrás de su sitio. Victoria fue hasta allí y lo intentó asistir, rompiendo su manga, la uso para enjugar la sangre.
-La Daimoku está recibiendo fuego intenso, capitán.-escuchó decir a alguien.
-Patrón de ataque Omega, intente darle cobertura.-respondió la capitana Rivercraft.
Al girarse a su doble, le comentó:
-Aunque la Daimoku es superior en armamento y propulsión, los han castigado mucho.-
Victoria no entendía mucho de batallas navales, mucho menos en el espacio, que era lo más análogo que se le ocurría.
La batalla seguía y seguía, no parecía terminar más. Veía cruzar por su vista a las naves Naga disparando y a la Daimoku responder a su vez. La Karma, que era en la que estaban, se sacudía cada tanto.
-Un mensaje de la Daimoku, es el capitán Ichinén, solo audio.-informó el oficial de comunicaciones.
-Escuchémoslo.-
Por los parlantes o por algún sistema similar, entre estallidos de luz y pitidos de alarma, se escuchó la voz del capitán Ichinén.
-Capitana Rivercraft. Estamos sin casi soporte vital, nuestros escudos están por fallar y ya casi nos quedamos sin el sistema de armas. Estoy enviando a todo el personal a las capsulas de escape. Voy a pedirle que…-
La voz se cortó de pronto, tanto como la estática que tenía de fondo.
-¿Qué pasó? Recupérelo!-
-Lo intento capitán, pero al parecer dejó de transmitir.-respondió el oficial.
-Puede que ese sistema ya también esté comprometido. Teniente Reims, maniobre para alcanzar esas capsulas con el rayo tractor, vea si puedo acoplarlas a la bahía de carga.-
-Creo que puedo hacerlo.-
Uno de los mejores pilotos de toda la flota era Reims, capaz de maniobrar una nave de ese tamaño por un tupido campo de asteroides. Si alguien podía enganchar las capsulas y jugar al “palo y a la bolsa”, era él.
La tensa operación duró unos cuantos minutos, en tanto seguían disparándose. En un momento dado, una de las  naves Naga quedó a la deriva. El vitoreo de festejo fue de apenas un segundo, pero al menos fue un aliciente.
-Concentre todo el fuego en las otras naves, olvídense de esa, ya no es una amenaza.-gritó la capitana, mientras un chorro de llamas surgía a menos de un metro, de una pared cercana.
De las dos naves Naga todavía operativas, solo una disparaba. La otra, debía estar sin armas o con estas fuera de línea, al menos. La Daimoku parecía un “muerto en el agua”, como se dice en estos casos, casi ninguna luz provenía de su interior. Los Nagas intentaban acercarse, seguramente para abordarla. La capitana maldijo para sus adentros viendo su intención. En su estado actual, tampoco podía hacer mucho por impedirlo, estaba concentrada en salvar la tripulación de la otra nave.
-Están intentando acceder a la nave de Ichinén.-
-Tengo todas las capsulas, capitán.-informó el teniente Reims.
-Pónganos a una distancia prudencial. Aunque no creo que nos disparen, están muy entretenidos, haciendo su pillaje.-
Impotentes y con furia, vieron como la nave de sus enemigos iban rodeando a la Daimoku, usando un rayo tractor para sujetarla.
En el puente de mando entró el capitán Ichinén, con su uniforme casi reluciente, salvando algunos manchones de algo que parecía hollín. Victoria se preguntó alarmada donde estaba su Ichinén, pero por el momento no dijo, creyendo que estaba en otra capsula de escape en la bahía de carga.
-Necesito hablar con Shesha, abra un canal a la nave líder.-expresó Ichinén.
A un asentimiento de la capitana, el oficial de comunicaciones lo contactó.
-Canal abierto, capitán.-respondió el joven, aunque no aclaró a cuál de los dos se refería.
Por unos segundos, no pasó nada. Pero Shesha no resistió la tentación de jactarse de su botín.
-¿Qué ocurre Ichinén? ¿Molesto porque tengo tu nave?-
-Shesha, estoy a punto de activar la autodestrucción desde aquí. Le sugiero que se retire.-
El naga rio con ganas, no creía una palabra.
-Ese sistema debe ser activado desde dentro, no me tome por tonto, capitán.-
-Está errado, puedo activarlo desde esta nave, de hecho, lo haré ahora.-
Dicho esto se dirigió a la consola del timonel y accedió a los sensores de largo alcance. La capitana Rivercraft lo miró sin entender, estaba tocando botones y pantallas sin ton ni son.
¿Cómo esperaba acceder a la otra nave, usando el sistema de sensores? Por otro lado, Shesha estaba en lo cierto, Ichinén tenía que estar en la nave para activar la autodestrucción.
La Daimoku parecía un monstruo que apenas se sacude la modorra, unas pocas luces se activaron. El oficial que estaba junto a Ichinén vio sorprendido como el sistema de la otra nave se encendía. La repentina reacción de Shesha confirmó que Ichinén no mentía.
-Se activó la autodestrucción… ¿Cómo es posible?-gritó el naga.
-Secreto profesional.-se mofó Ichinén.
El nombre del capitán se convirtió en un grito de resentimiento en la boca del naga. Sin más, el alienígena cortó la comunicación.
Las naves nagas comenzaron a alejarse, pero en vez de hacerlo en cualquier dirección fueron directamente hacía la Karma.
-Capitán, no tengo más propulsión que un cuarto de impulso.-comentó Reims.
-Todos los sistemas de armamento están fuera de línea.-
Un sacudón les notificó que los nagas estaban en mejor forma.
-Al parecer la de ellos si.-acotó sin alegría la capitana Rivercraft.
Ichinén tocó el comunicador en su pecho y habló para sí mismo.
-Capitán, estamos en problemas. La Karma está por ser alcanzada por ambas naves Nagas, no tenemos armas y apenas propulsión.-
Todos creyeron que hablaba con la capitana o al aire, tal vez estaba traumatizado por la situación, aunque tal cosa fuera muy inverosímil. Sin embargo, la Daimoku se movió velozmente, quizás lo único que aun podía hacer. Yendo en pos de las naves enemigas, no tenía armas al parecer, ninguno torpedo o rayo era disparado de ella.
Victoria Rivercraft y la otra miraron a Ichinén. El guerrero vestido del capitán protestó.
-El plan no salió tan bien. La idea era ahuyentarlos.-
Sin poder hacer otra cosa que observar, vieron como la Daimoku se acercaba a la nave de Shesha, la atrapaba con un rayo tractor y la hacía colisionar con la otra nave. Debido al daño a sus sistemas, los nagas poco pudieron hacer para evitar ser “enlazados”. Al estallar la otra nave por el choque, la Daimoku soltó el rayo y se dirigió con toda intención contra la nave líder de los naga, donde se encontraba Shesha. La colisión, enganchó metal con metal y si hubieran estado allí en persona, les hubieran dolido los oídos del chirrido producido. Eso, si en el espacio se pudiera propagar el sonido. La Daimoku encendió los impulsores en reversa, arrastrando a la nave nada en dirección contraria a la que llevaba la Karma.
-Capitán, tengo una transmisión desde la Daimoku.-
 En pantalla, apareció la imagen del capitán Ichinén, con el uniforme más raído y sucio.
-Capitana Rivercraft, voy a contenerlos todo lo que pueda con el rayo tractor, la autodestrucción ocurrirá en tres minutos. Espero les de suficiente tiempo para alejarse del rango de la explosión.-
-Ichinén… Pero entonces…-
-Es la ventaja de tener dos Ichinén. Use como señuelo a nuestro guerrero de otro mundo. Le di un uniforme mío de repuesto. Mi plan era engañar a Shesha y que se fuera herido y con las manos vacías, para luego usar la última capsula, antes que la nave explotara. Pero ese lagarto no sabe cuando dejar ir las cosas. Quiere hacer carroña con mi nave o destruirlos a todos, no pienso permitir ninguna de las dos cosas.-
-Ichinén, voy en tu ayuda…-
-No, no estás en condiciones, tu nave no lo resistiría. Además, la prioridad es mantener a tu tripulación a salvo, y a la mía.-
-¿No se puede poner el control en automático...?-
-No, las modificaciones que debo hacer sobre la marcha para que no escapen, requieren que alguien esté aquí. Es como se dice habitualmente, un capitán se hunde con su nave.-
La capitana Rivercraft sintió un tenso nudo en la garganta y un retorcimiento en el estómago.
Parecía a punto de saltar de su silla para gritarle a la pantalla.
Los nagas disparaban a quemarropa sobre la Daimoku, pero poco podía acertar estando tan cerca, era más el daño que se hacían ellos mismos.
-Ichinén, debe haber algo…-le intentó decir la capitana.
-Nada, no se puede hacer nada.-el capitán se dirigió a su doble, mientras otra explosión surgía en el puente de la ya muy dañada nave.-Ichinén, no te rindas ante los sacrificios. Este es el mío por las personas que aprecio y que cuentan conmigo. Llévalos a casa a todos, como es tu misión, aunque en el trayecto tengas que dejar algo. Lo que importa es el triunfo. Muchos darán la vida gustosos por una causa justa y noble. Llegar a tu Kosen Rufu, puede que requiera mucho esfuerzo. No cejes en ese empeño, ni te desanimes.-
Una congoja que nunca había experimentado, demasiado extraña para que un mortal común la entendiera, lo invadió.
-Si, capitán, así lo haré.-
-Sé que no me defraudarás.-
La capitana Rivercraft quiso intervenir, pero no sabía que decir o hacer.
-Adiós, esposa. En otro mundo tal vez…-
Una luz cegadora cortó las palabras de Ichinén. Y la pantalla cambió a la imagen de la Daimoku explotando desde dentro, llevándose a la nave enemiga consigo.
El silencio fue total, ni Teban ni Dulce dejaban de mirar la explosión, achicando los ojos. Ichinén se mantuvo en pie, hasta bajar el rostro de pesar. Victoria se tapó el rostro con una mano, al mismo tiempo que su doble se levantó de la silla del capitán como si quisiera alcanzar la imagen en pantalla. Llamó a su esposo una vez más, pero sabía que ya no era posible. La capitana de la Karma se giró a un tripulante a su derecha. La voz de ultratumba que le salió parecía estar apenas impulsada por un hilillo de aire.
-Timonel, diríjase al sistema Kosen Rufu, avise a la base estelar Kofu que llevamos heridos y estamos en malas condiciones.-por un momento, pareció no poder seguir hablando. Respiró y continuó.-Alférez, anote la fecha estelar y comunique a la flota nuestra baja, el capitán Ichinén de la Daimoku.-
Mirando a la pantalla, no pudo evitar que una lágrima le corriera por el rostro.
-El universo no conocerá otro igual.-

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